Pregón Rociero de Dña. Rocío Prieto Mesa.
Fue el pasado 2 de mayo cuando la Hermandad del Rocío celebraba su XLIII Pregón Rociero, pronunciado por Dña. Rocío Prieto Mesa.
La gaita y el tamboril de D. Antonio Pichardo abrían el acto trasladando al público congregado en el Teatro España a los días grandes de la Romería de Pentecostés. La Presentación de la Pregonera corrió a cargo de su ahijado, D. Guillermo Alameda Martín, quien de forma magistral, sencilla y humilde, fue dándonos a conocer a la Pregonera a través de multitud de vivencias y anécdotas.
Tras la Presentación, de nuevo la gaita y el tamboril abrían el camino a la “Peregrina y Pregonera” del Rocío de La Palma 2015 en el atril, quien antes de comenzar pidió la bendición a D. Francisco J. Martín Sirgo, Párroco de La Palma. Fue un Pregón distinto, de vivencias familiares y personales, y con una gran carga sentimental y emocional. Explicaba la Pregonera la vinculación de su familia con la Santísima Virgen del Rocío, hija del recordado cristiano y cofrade palmerino D. Nazario Prieto, expuso al completo Teatro España sus vivencias en la aldea en torno a la Blanca Paloma. Agradecimiento muy emotivo a su Presentador, D. Guillermo Alameda, quien creció de Rocío en Rocío a su vera.
Pregón en prosa en su mayor extensión que repasó cada uno de los momentos que componen la Romería del Rocío. La ilusión del Camino hacia la Aldea del Rocío el viernes de la Romería, con una Carreta de Plata multitudinariamente arropada por los peregrinos; la emoción de la Presentación ante la Hermandad Matriz de Almonte al mediodía del sábado, la Santa Misa Pontifical en el Real de la Aldea o el Santo Rosario de Simpecados que abre paso a la ceremonia atemporal de la Salida de la Santísima Virgen a hombros de sus Hijos de Almonte. Vivencias de cuna de una mujer acunada al arrullo del amor que desde su casa se le profesaba a la Madre de Dios.
Pregón en prosa en su mayor extensión que repasó cada uno de los momentos que componen la Romería del Rocío. La ilusión del Camino hacia la Aldea del Rocío el viernes de la Romería, con una Carreta de Plata multitudinariamente arropada por los peregrinos; la emoción de la Presentación ante la Hermandad Matriz de Almonte al mediodía del sábado, la Santa Misa Pontifical en el Real de la Aldea o el Santo Rosario de Simpecados que abre paso a la ceremonia atemporal de la Salida de la Santísima Virgen a hombros de sus Hijos de Almonte. Vivencias de cuna de una mujer acunada al arrullo del amor que desde su casa se le profesaba a la Madre de Dios.
Entre aplausos y con el canto de la Salve y el Himno Nacional se puso fin a este Pregón, que puede presumir de haber sido diferente y lleno de mensaje cristiano y rociero.
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Foto: Manuel V.
