SIGNOS DE FE: María Perpetuo Socorro del Cristiano.

MARÍA PERPETUO SOCORRO DEL CRISTIANO

Aunque su origen es incierto, se estima que el retrato de estilo bizantino fue pintado por el célebre griego Andreas Ritzos entre los siglos XIV o XV. El icono parece ser copia de una famosa pintura de Nuestra Señora que fuera, según la tradición, pintada por el mismo San Lucas y que se veneraba en Constantinopla como una pintura milagrosa, siendo destruida en 1453 cuando los Turcos tomaron la ciudad.
Es un icono y tiene una calidad primitiva. Todas las letras son griegas. Las iniciales al lado de la corona de la Madre la identifican como la “Madre de Dios”. Las iniciales al lado del Niño “ICXC” significan “Jesucristo”. Las letras más pequeñas identifican al ángel a la izquierda como “San Miguel Arcángel”; que sostiene la lanza y la caña con la esponja, instrumentos de la Pasión de Cristo. El ángel a la derecha es identificado como “San Gabriel Arcángel” y sostiene la cruz y los clavos. Nótese que los ángeles no tocan los instrumentos de la Pasión con las manos, sino con el paño que los cubre. El fondo dorado, símbolo de la luz eterna da realce a los colores más bien vivos de las vestiduras. Para la Virgen el manto es de color azul, mientras que el traje es rojo, mostrándose el Niño con una túnica en tonos verdes y manto de color marrón. Sobre el manto azul que cubre a la Virgen y en la zona de la cabeza se muestran dos estrellas, símbolos de fuente de luz purísima y orientación hacia la seguridad. El artista, quiso asegurarse que la identidad de cada uno de los sujetos se conociera, encerrando una gran simbología en toda la obra con detalles tan llamativos como la sandalia que cuelga del pie del Niño para hacer ver al espectador la planta del pie en un símbolo de señalar que sus huellas marcan el camino de todos los cristianos. El Niño divino, siempre con esa expresión de madurez que conviene a un Dios eterno, el pequeño Jesús tiene en el rostro una expresión de temor y con las dos manitas aprieta la derecha de su Madre, como asustado al ver los instrumentos de la Pasión.
Según cuenta la tradición un mercader robó el icono en Creta para venderlo en Roma. Durante el viaje, el barco fue alcanzado por una tempestad, que amenazaba con hundirlo. Los marineros recurrieron  a la protección del icono robado y la tormenta paró enseguida lo que permitió que la embarcación arribase con éxito en Italia. El ladrón dejó el cuadro bajo la custodia de una mujer, y tras su muerte, María Santísima se apareció a su hija diciendo que era su voluntad que el cuadro fuese a una iglesia, localizada entre las Basílicas de Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. La propia Virgen María fue la que, en esa aparición, se denominó del “Perpetuo Socorro” y manifestó su deseo de ser invocada bajo esta advocación.
Durante la invasión de Napoleón en Roma el icono fue ocultado por los religiosos y la pintura milagrosa de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue puesta en la capilla privada de los Padres Agustinos, en Posterula. Allí permaneció sesenta y cuatro años, casi olvidada. En 1866, la pintura fue llevada en procesión y entronizada en la Iglesia de San Alfonso, en Roma donde permanece hasta hoy a cargo de los Padres Redentoristas. Multitud de personas acuden a rezarle y pedirle su Perpetuo Socorro a la Madre de Dios.
Bibliografía:
- El devoto de Ntra. Sra. Del Perpetuo Socorro, 12ª Ed. 1941 (Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima).

Juan Jesús Pavón Bueno

Foto: J.D. González