Besapiés al Cautivo.
Con el mismo aroma de cada año, entre la gente que lo busca en su quehacer diario, con la luz de los mismos atardeceres de vencejos y azahares prematuros,... así llega de nuevo el primer viernes de marzo, el viernes del Cautivo.
En la Parroquia, el Señor quedará frente a frente a La Palma, amarrado por las mismas penas y culpas que cautivan a la sociedad actual. Las miradas serán como saetas desgarradas que se clavarán en sus ojos humildes, mientras de besos se irán colmando los piés benditos del Rey de la Gloria.
Todo el día será un traginar de gente, un mar de almas las que vengan a acercarse a devolver al Cautivo, la devoción que sólo a Él le pertenece y que en La Palma se fue forjando con plegarias y promesas de amor.
Foto: Manuel V.