OCTUBRE 2011
Elijo esta estampa ya que este momento fue el mejor instante que se grabó en mi retina desde hace mucho tiempo y por el valor histórico y sentimental que para mi tiene, fue el mejor regalo vivido y dedicado.
Evoca recuerdos que mi corazón apenas termina de asimilar…momentos que nunca imaginé recordar de una forma tan diferente y tan especial a la vez, de aquel anhelado 23 de octubre. Un día de júbilo, de especial color, de magia, de sueños, de disfrute. Su día y el mío, mi sueño, mi júbilo, mi magia, Valle. Un día tan esperado por todos que parecía que nunca llegaría, y llegó el 23 de octubre, de una forma que nunca pude pensar.
La emoción invadía mi espíritu al instalarse en sus sienes y la de su bendito Hijo la presea que el pueblo de La Palma le había regalado como símbolo de amor. Ella con su mirada lo llenaba todo, llenaba el vacío que sentía, mi Madre estaba conmigo, la sentía más cerca que nunca.
Multitud de sentimientos me asaltaban, ya no sabía si estaba triste o alegre, ya no sabía siquiera lo que sentía...; estaba triste por lo que aconteció el día antes y alegre porque el sueño que quería, por el que había trabajo y esperado durante mucho tiempo, se hacía realidad.
Por circunstancias de la vida no pude estar junto a Ella en la Procesión donde la Señora ya se veía Coronada paseando primorosa ante su pueblo que la acogió tras lo acontecido instantes antes en tan gran día de gozo para los palmerinos y para la historia de La Palma. No pude estar como imaginé o esperaba, pero si que estuve de una manera tan distinta y compleja de expresar que no me hizo falta siquiera estar allí físicamente a su lado ya que Ella me acogía como lo hace siempre que la necesito.
Disfrute sí, lo hice. Mi Hermandad, mi Grupo Joven y mis Amigos en ese día allí estaban todos, con Ella y conmigo. En estos momentos le doy gracias a Ella porque no me dejó sola en su día y a mis amigos por estar ahí siempre conmigo en el más duro de los momentos. Gracias por convencerme y decirme que tal acontecimiento no podía perdérmelo, nunca me lo hubiese perdonado. Gracias a todos los que formáis parte de mí.
Evoca recuerdos que mi corazón apenas termina de asimilar…momentos que nunca imaginé recordar de una forma tan diferente y tan especial a la vez, de aquel anhelado 23 de octubre. Un día de júbilo, de especial color, de magia, de sueños, de disfrute. Su día y el mío, mi sueño, mi júbilo, mi magia, Valle. Un día tan esperado por todos que parecía que nunca llegaría, y llegó el 23 de octubre, de una forma que nunca pude pensar.
La emoción invadía mi espíritu al instalarse en sus sienes y la de su bendito Hijo la presea que el pueblo de La Palma le había regalado como símbolo de amor. Ella con su mirada lo llenaba todo, llenaba el vacío que sentía, mi Madre estaba conmigo, la sentía más cerca que nunca.
Multitud de sentimientos me asaltaban, ya no sabía si estaba triste o alegre, ya no sabía siquiera lo que sentía...; estaba triste por lo que aconteció el día antes y alegre porque el sueño que quería, por el que había trabajo y esperado durante mucho tiempo, se hacía realidad.
Por circunstancias de la vida no pude estar junto a Ella en la Procesión donde la Señora ya se veía Coronada paseando primorosa ante su pueblo que la acogió tras lo acontecido instantes antes en tan gran día de gozo para los palmerinos y para la historia de La Palma. No pude estar como imaginé o esperaba, pero si que estuve de una manera tan distinta y compleja de expresar que no me hizo falta siquiera estar allí físicamente a su lado ya que Ella me acogía como lo hace siempre que la necesito.
Disfrute sí, lo hice. Mi Hermandad, mi Grupo Joven y mis Amigos en ese día allí estaban todos, con Ella y conmigo. En estos momentos le doy gracias a Ella porque no me dejó sola en su día y a mis amigos por estar ahí siempre conmigo en el más duro de los momentos. Gracias por convencerme y decirme que tal acontecimiento no podía perdérmelo, nunca me lo hubiese perdonado. Gracias a todos los que formáis parte de mí.
Elisabeth Casado Bernal
Miembro de nuestro Equipo
Foto: Manuel V.