JULIO 2011
Esta es, a mi parecer, la fotografía del mes de julio. Su transcendencia no radica sólo en la grandeza, antigüedad y belleza de la talla, sino también en el contexto espacio-temporal en el cual se ubica, y la carga de fe, emoción, sentimentalismo y devoción, que se le atribuye a María del Carmen aquí en La Palma en forma de íntimas lágrimas.
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo, Nuestra Madre y Señora de las Lágrimas y San Juan Evangelista, teniendo a la Virgen del Carmen como efigie en su Simpecado creyó oportuno incluir en su programa de actos anual la Festividad del Carmen como nuevo punto de encuentro entre los hermanos entorno a María y la Iglesia, esta vez de manos de una fiesta de gloria. La Iglesia, el altar, los corazones cristianos, María y su Santísimo Hijo vivieron dos días imborrables con el rezo del Vía-Marialis acompañado de cantos, reflexión y participación eucarística. La Festividad del Carmen retomó el color de antaño en La Palma, y sus hijos volvieron a mostrar el amor a la Madre del Señor una vez más.
Las íntimas lágrimas brotarón de “cuatro mujeres” llenas de gozo, envueltas en un mar de alegrías al ver que no estaban solas. “Cuatro mujeres” que se han llevado años y años limpiando el altar, poniendo flores e intentando mantener encendida la luz de un faro mermado por los años y visitado por pocos barcos. Pero que se sentían impotentes al saber que ellas no podían hacer más de lo que podían, más que limpiar el altar y hacer una Misa. Mirando a la imagen de la Madre del Carmelo, Patrona del Mar y de la Armada Española, con humildad y recordando alegremente y con cariño a ese grupo de devotas, digo que una necesidad es cómplice de otra y dichas necesidades se ven colmadas cuando se encuentran. Y esto fue lo que sucedió a mediados de julio. La hermandad necesitaba hacer vida cristiana en época estival, donde es más complicado reunirse, y rendir honores a la advocación que preside el Simpecado y, este grupo de fieles devotas necesitaban de gente organizada para que les ayudaran a hacer serio un culto, que si bien es corto en el calendario anual, no le resta ni importancia ni contenido al mismo. Los días 15 y 16 de julio fueron cortos pero intensos, se respiró amor y compromiso cristiano en una noche de vísperas en la que se rezó y cantó la vida de María, y en una tarde en el que fuimos partícipes del Evangelio y el Cuerpo de Cristo.
Esta fotografía forma parte del inicio de la Hermandad del Cautivo en los cultos del Carmen y de la tranquilidad de unas mujeres al saber que tienen personas a su alrededor para mantener viva la tradición entorno a la flor del Carmelo. Virgen del Carmen, luz, faro, guía del marinero bendícenos.
David Lagares Parra
Elogiador de la Semana Santa de La Palma Cofradiera 2011
Foto: J.D. González