MAYO 2011
Doy gracias a Dios por la vida que nos regala cada día, por tantos momentos buenos que nos ayudan a olvidar los no tan buenos, doy gracias a la vida que nos ha dado tanto,… Nos da familia, amigos, nos da vivencias y experiencias, sensaciones, sentimientos, emociones, semanas, días y años… Y le doy gracias en particular por regalarnos este año de 2011, un año que ha tardado en llegar pero que hemos podido vivir muy intensamente y quizás se nos haya pasado muy fugaz con todo lo que ha conllevado.
Doy gracias a la amistad que me une con LPC a la vez que los felicito por su trayectoria en estos 5 años, y agradezco la oportunidad que me brindan de dirigirme a todos sus seguidores con la responsabilidad que ello supone y aún más siempre si se trata de escribir y manifestar nuestra propia opinión, y más cuando hay que hacerlo de forma breve el mes cofrade que me han asignado. El mes de mayo de este año que ya agoniza. Mayo de 2011 en La Palma (“¡¡ casi ná ¡¡”) y encima tengo que elegir una sola imagen que pueda identificarlo. Difícil y ardua tarea la que se me encomienda pero que espero sea de vuestro agrado.
Para la mayoría de nosotros mayo significa mucho, quizás sea el mes que más nos guste, es el mes más vital para nuestro pueblo, es la época con la mayor manifestación de palmerinismo: una luz, un cielo y un clima envidiable; un escenario y una puesta en escena de lujo tanto en nuestras fachadas, calles, pasos, altares, carrozas, vestimentas,… una gastronomía exquisita y propia en las casas y bares; ajetreada convivencia y diálogos de sus vecinos; saturación de cultos, pregones, conferencias, charlas y conversaciones cristianas y cofrades; multitud de comuniones y en este caso muchas por primera vez; basta agenda de publicaciones, boletines, cartelería, estampas,… es el mes por y para el que muchos vivimos y trabajamos todo el año, y es que mayo es el mes más festivo por excelencia para el palmerino. Mes glorioso que es la Gloria misma porque encierra en sí grandes tesoros como nuestra catedral de plata y fe que se postra ante la Blanca Paloma, nuestras insuperables Cruces de Mayo, y en la misma Gloria no puede faltar el Padre eterno al que se le rinden cultos sacramentales para la cercana y solemne festividad del Corpus Christi, ni tampoco puede faltar la figura de María, bien en los preparativos de nuestra María Auxiliadora cuya efigie es la más guapa del mundo entero; o como ha ocurrido excepcionalmente este año, su presencia durante todo el mes en la Parroquia, que nos ha llevado a vivir estampas únicas (no sólo una) y que merecen más de un artículo, como ha sido el caso de llevar hasta sus plantas el veneradísimo Madero Sacrosanto de la Calle Cabo y la Flor de Luz perfumada del Martirio de la Calle Sevilla; y el ver a las reinas y mujeres cruceras tan bellas y elegantes llenando de oraciones a nuestra Patrona escoltada por la Gloriosa Legión Española y colmándola de flores. Y es que mayo es el mes mariano y de las flores, del romero… Romeros donde ha estado de forma muy especial presente la Madre de Dios de los palmerinos en sus carros, cantes y carrozas. Y por eso también nosotros sus hijos hemos querido ofrecerle unas nuevas dependencias a nuestra ya Reina del Valle Coronada, mientras acunaba al Pastorcito Divino con sones de tamboriles y las marchas que interpretaban las mejores Bandas de Música que han desfilado por nuestra localidad, que sólo eran interrumpidas por estruendos de cohetes, cantos, palmas y muchas sevillanas… Pero yo, de este mes de mayo que ya nos ha ofrecido tantas estampas únicas, sin duda alguna me quedo con una imagen que cierto es que habla por sí sola, más que por muchas palabras que se digan; y que ya no veré a tiempo real nunca más en esta vida. La misma que ahora vosotros estáis viendo y que la protagoniza a quien dedico este humilde artículo: nuestro queridísimo amigo Juan Moreno con su Cruz, creo que ya con esto está todo dicho.
Doy gracias a la amistad que me une con LPC a la vez que los felicito por su trayectoria en estos 5 años, y agradezco la oportunidad que me brindan de dirigirme a todos sus seguidores con la responsabilidad que ello supone y aún más siempre si se trata de escribir y manifestar nuestra propia opinión, y más cuando hay que hacerlo de forma breve el mes cofrade que me han asignado. El mes de mayo de este año que ya agoniza. Mayo de 2011 en La Palma (“¡¡ casi ná ¡¡”) y encima tengo que elegir una sola imagen que pueda identificarlo. Difícil y ardua tarea la que se me encomienda pero que espero sea de vuestro agrado.
Para la mayoría de nosotros mayo significa mucho, quizás sea el mes que más nos guste, es el mes más vital para nuestro pueblo, es la época con la mayor manifestación de palmerinismo: una luz, un cielo y un clima envidiable; un escenario y una puesta en escena de lujo tanto en nuestras fachadas, calles, pasos, altares, carrozas, vestimentas,… una gastronomía exquisita y propia en las casas y bares; ajetreada convivencia y diálogos de sus vecinos; saturación de cultos, pregones, conferencias, charlas y conversaciones cristianas y cofrades; multitud de comuniones y en este caso muchas por primera vez; basta agenda de publicaciones, boletines, cartelería, estampas,… es el mes por y para el que muchos vivimos y trabajamos todo el año, y es que mayo es el mes más festivo por excelencia para el palmerino. Mes glorioso que es la Gloria misma porque encierra en sí grandes tesoros como nuestra catedral de plata y fe que se postra ante la Blanca Paloma, nuestras insuperables Cruces de Mayo, y en la misma Gloria no puede faltar el Padre eterno al que se le rinden cultos sacramentales para la cercana y solemne festividad del Corpus Christi, ni tampoco puede faltar la figura de María, bien en los preparativos de nuestra María Auxiliadora cuya efigie es la más guapa del mundo entero; o como ha ocurrido excepcionalmente este año, su presencia durante todo el mes en la Parroquia, que nos ha llevado a vivir estampas únicas (no sólo una) y que merecen más de un artículo, como ha sido el caso de llevar hasta sus plantas el veneradísimo Madero Sacrosanto de la Calle Cabo y la Flor de Luz perfumada del Martirio de la Calle Sevilla; y el ver a las reinas y mujeres cruceras tan bellas y elegantes llenando de oraciones a nuestra Patrona escoltada por la Gloriosa Legión Española y colmándola de flores. Y es que mayo es el mes mariano y de las flores, del romero… Romeros donde ha estado de forma muy especial presente la Madre de Dios de los palmerinos en sus carros, cantes y carrozas. Y por eso también nosotros sus hijos hemos querido ofrecerle unas nuevas dependencias a nuestra ya Reina del Valle Coronada, mientras acunaba al Pastorcito Divino con sones de tamboriles y las marchas que interpretaban las mejores Bandas de Música que han desfilado por nuestra localidad, que sólo eran interrumpidas por estruendos de cohetes, cantos, palmas y muchas sevillanas… Pero yo, de este mes de mayo que ya nos ha ofrecido tantas estampas únicas, sin duda alguna me quedo con una imagen que cierto es que habla por sí sola, más que por muchas palabras que se digan; y que ya no veré a tiempo real nunca más en esta vida. La misma que ahora vosotros estáis viendo y que la protagoniza a quien dedico este humilde artículo: nuestro queridísimo amigo Juan Moreno con su Cruz, creo que ya con esto está todo dicho.
Juanillo algún día seguiremos hablando de mayo (que es la Gloria misma) en ese lugar donde todo es alegría y luz y el tiempo no tiene fin.
Félix Manuel Pérez Díaz
Gerente de Floristería Atrio, Patrocinador de nuestra Web
Foto: Manuel V.