MARZO 2011
He elegido esta maravillosa foto donde se refleja un día que quedará para el recuerdo de todos los devotos de esta Sagrada Imagen, donde se han visto culminados de ver revestido de oro sus sueños. En el día 4 de marzo de 2011, el Señor Cautivo aparecía entre las altas bóvedas de la Parroquia barroca, vestido con una nueva túnica bordada por el esfuerzo de aquellas personas que poco a poco, año tras año han luchado por ver al Cautivo lucir esa hermosa vestimenta, realizada en el taller sevillano de Mariano Martín Santonja, en terciopelo de seda bordada en oro fino. Ese primer viernes de marzo es tradicional ver al Cautivo ofrecer su humilde pie adelantado a todas aquellas personas que con un sencillo beso le da las gracias por todo y cuanto deben de agradecerle al Hijo de Dios.
Aparte de todo esto que no es poco, he elegido esta foto porque para mí ese primer viernes de marzo es un día lleno de emoción al ver como todo un pueblo durante todo el día se rinde a los pies del Redentor, ver a esas personas que con los ojos humedecidos clavan su mirada a los ojos del Cautivo, que hablan por sí solos, que contemplan la sencilla belleza de su cara y la naturalidad de sus manos maniatadas por el dolor y los pecados que se comenten diariamente en nuestra sociedad. Esas personas que se acercan a contemplarle, para estar rezándole, pidiéndole o agradeciéndole. Ver también como esas personas le entregan a sus pies unas humildes flores para perfumar el camino de la Fe que recorre cada día Nuestro Señor Jesucristo, ver a esos ancianos y enfermos hablándole en voz alta entre lágrimas para que les ayude a aliviar su dolor, ver a esos pequeños recién nacidos pasándolos por las manos del Cautivo o pasar objetos por su túnica para que Él este día tras día cerca de ellos.
Para mí personalmente este es el culto más esperado, porque el Hijo baja de la derecha del Padre para encontrarse entre nosotros, y porque se ve esa sincera y fiel devoción a Jesús Cautivo. Y desde estas líneas invito a todas aquellas personas que se acerquen cada primer viernes de marzo porque sólo con poder contemplar la inmensa bondad que mana de su mirada, merece la pena.
“Así te damos, Señor, plegaria, cariño y pena en todo un beso de amor".
Aparte de todo esto que no es poco, he elegido esta foto porque para mí ese primer viernes de marzo es un día lleno de emoción al ver como todo un pueblo durante todo el día se rinde a los pies del Redentor, ver a esas personas que con los ojos humedecidos clavan su mirada a los ojos del Cautivo, que hablan por sí solos, que contemplan la sencilla belleza de su cara y la naturalidad de sus manos maniatadas por el dolor y los pecados que se comenten diariamente en nuestra sociedad. Esas personas que se acercan a contemplarle, para estar rezándole, pidiéndole o agradeciéndole. Ver también como esas personas le entregan a sus pies unas humildes flores para perfumar el camino de la Fe que recorre cada día Nuestro Señor Jesucristo, ver a esos ancianos y enfermos hablándole en voz alta entre lágrimas para que les ayude a aliviar su dolor, ver a esos pequeños recién nacidos pasándolos por las manos del Cautivo o pasar objetos por su túnica para que Él este día tras día cerca de ellos.
Para mí personalmente este es el culto más esperado, porque el Hijo baja de la derecha del Padre para encontrarse entre nosotros, y porque se ve esa sincera y fiel devoción a Jesús Cautivo. Y desde estas líneas invito a todas aquellas personas que se acerquen cada primer viernes de marzo porque sólo con poder contemplar la inmensa bondad que mana de su mirada, merece la pena.
“Así te damos, Señor, plegaria, cariño y pena en todo un beso de amor".
Ismael Peña López
Miembro de nuestro Equipo
Foto: Manuel V.