El
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de
Sevilla, presidió el último día del Solemne Triduo preparatorio de la
Coronación Canónica de Nuestra Señora del Valle.
El
pasado 21 de octubre, la Parroquial de San Juan Bautista volvía a
inundarse de devotos y fieles que acudieron a las plantas de la Excelsa
Patrona de La Palma en el tercer día del Triduo preparatorio a su
Coronación Canónica.
En
esta ocasión ocupaba la Sagrada Cátedra el Arzobispo de Sevilla, quien
ofreció a los palmerinos una profunda Homilía cargada de mensaje.
Comenzaba sus palabras manifestando su alegría por estar en La Palma en
la antevíspera de la esperada Coronación de su Virgen del Valle; pasando
seguidamente a explicar por qué la Iglesia corona a las imágenes de la
Santísima Virgen, diciendo que se coronan porque María tras su Asunción
fue Coronada por la Santísima Trinidad como Reina del Cielo. Tras esto
comenzó a repasar las distintas alusiones que se hacen en las Sagradas
Escrituras a la Coronación de la Virgen, citando el Libro de los Salmos
donde se profetizaba la entronización de María a la derecha de su Hijo
enjoyada con oro, o el Apocalipsis que habla de la mujer vestida de sol,
con la luna por pedestal y coronada por doce estrellas.
María
es Reina por ser Madre del que es Rey del Universo, así si Cristo es
Rey por ser Dios, María es Reina por ser Madre de Dios, afirmaba D. Juan
José Asenjo.
En su
mensaje quiso dejar claro que la Coronación es un signo de esperanza y
consuelo para todos los cristianos y que en estos tiempos en los que el
hombre trata de alejarse de Dios, la contemplación del triunfo de María y
su Coronación abastece y alimenta nuestra fe y esperanza en las
promesas del Altísimo. El Arzobispo de Sevilla invitaba a los palmerinos
a coronar a la Virgen en sus corazones: "...yo os propongo un lema
para este acontecimiento solemne: María en el Corazón. María en el
corazón de vuestros niños, de vuestros jóvenes cofrades, de vuestras
familias,... María en el corazón de todos sus hijos."
Con
una plegaria a la Virgen en la que rogaba por la Iglesia, especialmente
por la Comunidad de La Palma, finalizaba esta Homilía con la petición
de que siempre llevemos como un signo distintivo el amor por la Virgen
del Valle.
Las Ofrendas de
este tercer día de Triduo fueron realizadas a la Santísima Virgen por
la Archicofradía del Valle de Sevilla, que entregaba una hermosa medalla
de su Titular Mariana como regalo a la Patrona de La Palma por su
Coronación, así como el cuerpo de la Policía Local de La Palma que
también ofrecía un broche de oro para la Virgen por tal esperado
acontecimiento. Invitada en este día de Triduo estaba, asimismo, la
Hermandad de Nuestra Señora del Valle del vecino pueblo de Manzanilla.
Tras
la Celebración, la Hermandad Patronal quiso agradecer al Arzobispo su
presencia en este culto, obsequiándole con un busto en terracota de la
Santísima Virgen del Valle y algunas de las publicaciones editadas por
la Hermandad con motivo de la Coronación. El Sr. Arzobispo se despedía
de los palmerinos con unas sinceras palabras de agradecimiento y pasó a
hacerse algunas fotos con la Hermandad y a recibir el cariño de multitud
de fieles que quisieron acercarse a mostrarle sus respetos y estima.
Dejando
su rúbrica en el Libro de Visitas de la Hermandad del Valle, D. Juan
José Asenjo regresaba a Sevilla, mientras La Palma cerraba este último
culto previo a la Coronación de su Patrona y esperaba ya con ansias la
llegada del 23 de octubre.
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