"Valle de la historia y de la vida".
Devoción y entrega en el segundo día del Solemne Triduo preparatorio de la Coronación Canónica de
Nuestra Señora del Valle.
El 20 de
octubre tenía lugar el segundo día del Solemne Triduo de la Coronación
de la Excelsa Patrona de La Palma ante centenares de palmerinos, que
volvían a llenar el Templo Parroquial de San Juan Bautista.
La
Sagrada Cátedra de este segundo día del Triduo estuvo a cargo del
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Mazuelos Pérez, Obispo de Asidonia-Jerez,
quien supo llegar al corazón de los palmerinos con su sentida homilía.
El Obispo hablaba del amor a María como reflejo de la devoción palmerina
desde siglos, como muestra de la herencia de nuestros mayores y como
símbolo del palmerino, que aún viviendo en estos tiempos en los que la
sociedad quiere quitar cualquier rastro de Dios de sus vidas, aquí Dios
triunfa en el corazón de todo un pueblo que se reune para cantar como
María en el Magnificat: Proclama mi alma la grandeza del Señor.
Valientes palabras de D. José que hacían reflexionar sobre el aborto, la
eutanasia y las ideas de pensamiento autocreacionistas, que llevan a la
soberbia, al egoismo, a la esclavitud del placer y a la condena de la
falsa libertad. La obra social de la Coronación, como corona de amor a
la Virgen, también era referida por el Obispo, que también le quiso
hablar a los jóvenes y manifestarle que en los momentos de soledad sepan
encontrar el rostro de la Madre de Dios, que es Madre nuestra que nunca
abandona. Con una oración acababa su Homilía, de la cual extraemos esta
hermosa plegaria: "...que allí donde vayamos siempre tenemos un sitio contigo, siempre un
corazón donde Tú nos hablas, donde Tú nos acoges, y siempre tenemos una
fortaleza y una esperanza cuando contemplamos tu cara, Santísima Virgen
del Valle".
En el Ofertorio de
este día, fueron los vecinos de la Calle Del Medio los que ofrecieron
flores a la Virgen, además de una suculenta cantidad de alimentos, que
entre todos han recaudado para destinarlo a Cáritas Parroquial y así
contribuir a esa corona social que también ceñirá las sienes de nuestra
Patrona el próximo domingo 23. Por otra parte, la Hermandad de Nuestra
Señora del Rocío de La Palma del Condado otorgaba a la Santísima Virgen
una medalla de oro del Divino Pastorcito por una de sus caras y de la
Reina de las Marismas por la contraria. Con este presente los rocieros
de La Palma quieren rendir sus honores a la Madre del Valle por su
Coronación Canónica.
Tras el canto de
amor de la Salve, y al igual que ocurriera en la jornada anterior, la
Hermandad de Nuestra Señora del Valle agradecía al Señor Obispo su
presencia en este Triduo obsequiándole con un busto en terracota de la
Santísima Virgen del Valle y con varias de las publicaciones editadas en
este año.
Al finalizar la
Celebración, el Obispo de Asidonia-Jerez dejaba su rúbrica en el Libro
de Visitas de la Hermandad del Valle, tal y como ya hiciera el Obispo de
Córdoba en el primer día del Triduo.
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