Sombras proyectadas, incienso derramado y oro bordado con amor y fe. El Cautivo volvía, el primer viernes de marzo, a llenar con la soledad de su mirada los corazones de los centenares de palmerinos que se postraron a sus plantas durante toda la jornada.
El pasado 4 de marzo ya queda tintado en el cuaderno de la historia de este año especial de La Palma. Jesús Cautivo fue el centro de las miradas de todos los que quisieron ser testigos de este Besapiés histórico.
Uno de los motivos fue la presencia maternal de Nuestra Señora del Valle, Patrona de La Palma, que desde el presbiterio de la Parroquia contemplaba los besos y oraciones que los palmerinos fueron poniendo a los pies del Señor Cautivo.
La devoción fue otro de estos motivos, una devoción que punteaba de oro las ilusiones de la joven Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo. Se estrenaba la túnica bordada en oro fino a realce fruto del esfuerzo y cariño de un grupo de devotos y hermanos que han querido regalar anónimamente esta riquísima y hermosa pieza, que ya forma parte del ajuar de la venerada imagen del Cautivo. La nueva túnica ha sido realizada en los talleres del bordador sevillano de D. Mariano Martín Santoja, bordada en oro fino a realce con incrustaciones de cristales de esvaroskis sobre terciopelo de seda de color corinto. En su diseño se observan complicados motivos vegetales y florales que se expanden por la pieza, en la que también se recogen detalles simbólicos, como los cuernos de la abundancia. Corona de espinas en sus sienes y las potencias de salida bañadas en oro completaban la vestimenta del Señor, que en esta ocasión se presentaba excepcionalmente sin su tradicional escapulario trinitario. Llamó mucho la atención la pequeña cola con la que la túnica se remata por detrás, siendo una característica propia de esta joya bordada que ha sido elogiada por todos los palmerinos que pasaron ante el Altar de las Ánimas Benditas del Purgatorio de la Parroquial. Roleos, palmas, acantos, cardos,... derramaban el brillar de su oro por el cuerpo humilde de Jesús, Rey de Reyes en La Palma.
Trasiego de personas en una jornada lluviosa, en la que el rezar del Santo Rosario y el Via-Crucis se sucedieron ante el Señor, al que flanqueaba en su altar un par de ciriales, algunos candeleros y multitud de centros florales donados por devotos.
La Virgen de las Lágrimas junto a San Juan presidían el Retablo de Ánimas, luciendo Nuestra Madre y Señora manto de terciopelo verde con galones dorados, saya bordada en aplicación de color azul noche y corona imperial de plata bañada en oro.
Previo a la culminación del culto, en las últimas horas de este viernes de marzo, la Parroquia recibía a los Sagrados Titulares de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que eran trasladados para la celebración de su Solemne Quinario. Frente a frente quedaban Padre Jesús y Jesús Cautivo, devociones que se encuentran en una mirada en la que se resumen los capítulos evangélicos de la Pasión. Otro de los motivos que dotan de histórica a la vivida jornada.
Y así murió el viernes primero de marzo. Allí quedaron ante Jesús Cautivo las promesas, súplicas y gracias que fueron grabándose en su piel de hombre y en su corazón de Dios. Allí, entre Lirios y claveles que presumían de ser flor escogida del jardín. Entre nubes de incienso que construían sueños de noche de Martes Santo. Entre emociones y lágrimas recogidas en las manos amarradas del Redentor, que entregaba un halo de esperanza a aquellos que fueron a encontrarse con su mirada y buscaban agarrarse a su túnica como náufrago a la tabla.
Hoy la Cuaresma nos aleja de ti, de tu viernes, de tu túnica, de tus ojos,... pero volverás, Cautivo... volverás en los despojos de las noches del azahar, en las que las oraciones, el silencio y la devoción atarán de nuevo con amor tus benditas manos.
El pasado 4 de marzo ya queda tintado en el cuaderno de la historia de este año especial de La Palma. Jesús Cautivo fue el centro de las miradas de todos los que quisieron ser testigos de este Besapiés histórico.
Uno de los motivos fue la presencia maternal de Nuestra Señora del Valle, Patrona de La Palma, que desde el presbiterio de la Parroquia contemplaba los besos y oraciones que los palmerinos fueron poniendo a los pies del Señor Cautivo.
La devoción fue otro de estos motivos, una devoción que punteaba de oro las ilusiones de la joven Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo. Se estrenaba la túnica bordada en oro fino a realce fruto del esfuerzo y cariño de un grupo de devotos y hermanos que han querido regalar anónimamente esta riquísima y hermosa pieza, que ya forma parte del ajuar de la venerada imagen del Cautivo. La nueva túnica ha sido realizada en los talleres del bordador sevillano de D. Mariano Martín Santoja, bordada en oro fino a realce con incrustaciones de cristales de esvaroskis sobre terciopelo de seda de color corinto. En su diseño se observan complicados motivos vegetales y florales que se expanden por la pieza, en la que también se recogen detalles simbólicos, como los cuernos de la abundancia. Corona de espinas en sus sienes y las potencias de salida bañadas en oro completaban la vestimenta del Señor, que en esta ocasión se presentaba excepcionalmente sin su tradicional escapulario trinitario. Llamó mucho la atención la pequeña cola con la que la túnica se remata por detrás, siendo una característica propia de esta joya bordada que ha sido elogiada por todos los palmerinos que pasaron ante el Altar de las Ánimas Benditas del Purgatorio de la Parroquial. Roleos, palmas, acantos, cardos,... derramaban el brillar de su oro por el cuerpo humilde de Jesús, Rey de Reyes en La Palma.
Trasiego de personas en una jornada lluviosa, en la que el rezar del Santo Rosario y el Via-Crucis se sucedieron ante el Señor, al que flanqueaba en su altar un par de ciriales, algunos candeleros y multitud de centros florales donados por devotos.
La Virgen de las Lágrimas junto a San Juan presidían el Retablo de Ánimas, luciendo Nuestra Madre y Señora manto de terciopelo verde con galones dorados, saya bordada en aplicación de color azul noche y corona imperial de plata bañada en oro.
Previo a la culminación del culto, en las últimas horas de este viernes de marzo, la Parroquia recibía a los Sagrados Titulares de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que eran trasladados para la celebración de su Solemne Quinario. Frente a frente quedaban Padre Jesús y Jesús Cautivo, devociones que se encuentran en una mirada en la que se resumen los capítulos evangélicos de la Pasión. Otro de los motivos que dotan de histórica a la vivida jornada.
Y así murió el viernes primero de marzo. Allí quedaron ante Jesús Cautivo las promesas, súplicas y gracias que fueron grabándose en su piel de hombre y en su corazón de Dios. Allí, entre Lirios y claveles que presumían de ser flor escogida del jardín. Entre nubes de incienso que construían sueños de noche de Martes Santo. Entre emociones y lágrimas recogidas en las manos amarradas del Redentor, que entregaba un halo de esperanza a aquellos que fueron a encontrarse con su mirada y buscaban agarrarse a su túnica como náufrago a la tabla.
Hoy la Cuaresma nos aleja de ti, de tu viernes, de tu túnica, de tus ojos,... pero volverás, Cautivo... volverás en los despojos de las noches del azahar, en las que las oraciones, el silencio y la devoción atarán de nuevo con amor tus benditas manos.