LAS ARISTAS DE LA OJIVA: Los Fantasmas.

LOS FANTASMAS


Llovía sobre los cristales. Era una noche vigorosa y fría, como casi todas las de este invierno que aún nos persigue.
Inmerso en ese estado-puente entre la vigilia y el sueño, cerró sus ojos para encontrar reposo en los brazos de Morfeo.
Fue entonces cuando sus fantasmas le atacaron. Soñó con una Semana Santa distinta, sin pasiones ni desánimos. Una Semana Santa sfumata, sin definir, en la que nadie desempeñaba su propio rol y todos luchaban por no desaparecer del candelero.
Fueron apenas unos minutos de sueño, unos instantes en los que vio pasar aquella Semana Santa lejana que siempre respetó el sentido único y verdadero de la celebración cristiana, en el que Jesucristo, el hijo único del Padre, el señor y dador de vida, era ajeno a las mil y una rivalidades cofrades.
Los fantasmas le volvieron a visitar, y cuando la vigilia estaba a punto de derrotar al sueño, se desvanecieron como alma que lleva el diablo.
Al final, tan solo fue una pesadilla que le apartó por momentos de su deseo cuaresmal, que no es más que verte envuelta en el silencio blanco que invade el aire, cuando la banda interpreta los sones de tu marcha, Amargura.

Alfonso J. Madrid

Foto: Manuel V.