Murmullo de oraciones y pasar de cuentas en el atardecer del mes del Rosario. Letanías a una advocación universal que rompe las fronteras de la tierra y el alma.
Un día después de la Solemnidad de María Stma. del Santo Rosario, la Parroquial de San Juan Bautista volvía a recibir a su hermosa Virgen de Fátima, que regresa ante sus fieles tras su restauración con la humildad con la que se marchaba en una tarde de finales de julio.
En torno a dos meses de ausencias lleva vividos aquel barroco Retablo de la Nave del Evangelio, que ya acoge en su dorada hornacina a la Reina del Santo Rosario, a aquella Señora que quiso ser dueña de Cova de Iria y derramar sus bendiciones a tres jóvenes pastorcillos que tuvieron la dicha de presenciar como la Madre de Dios dejaba su trono celestial para guiar desde la tierra a sus hijos.
Impecable y radiante regresa la Virgen tras la intervención a la que ha sido sometida en el taller del joven y prolífico artista palmerino D. Antonio J. Bernabé Ávila, Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y especializado en Conservación y Restauración. Esta intervención se ha centrado principalmente en la limpieza general de la imagen, que llegaba al taller cubierta por una profunda capa de suciedad y lagunas en su policromía, debido al pasar del tiempo y al ataque de agentes como la humedad. Así, el proceso ha pasado por las siguientes fases: limpieza general, eliminación de repintes, eliminacion de elementos metalicos que no tenían funcionalidad, reconstrucción volumétrica, tratamiento de fendas y movimientos de ensambles, reposición de la preparación, reintegración cromática y protección final. El resultado nos muestra a la bella imagen totalmente saneada y recuperando todo el esplendor que le fue conferido por su autor, quedando a la vista detalles que anteriormente pasaban desapercibidos debido a la suciedad que cubría a la talla.
Esta imagen de la Virgen de Fátima es obra de D. José Ferreira Thedim del año 1949, siendo realizada en madera policromada en tamaño académico, 0,95 metros de alto. La Virgen palmerina sigue los canones marcados de la representación iconográfica de esta advociación mariana, siendo copia exacta de la imagen venerada en Portugal, obra del mismo autor.
Multitud de matices se observan en la imagen tras esta acertada restauración, como el brillante contraste del fino y elegante galón dorado que bordea el manto de la Stma. Virgen, el realismo de las palomas que revolotean sobre la nube en la que se eleva Ntra. Señora, o el cuidado tratamiento de la talla trabajada con gran delicadeza.
Además la Asociación Parroquial de Ntra. Sra. del Rosario de Fátima ha procedido también a restaurar la corona de la Stma. Virgen, a la cual se ha dado un nuevo baño de oro.
Damos la enhorabuena al artista D. Antonio Bernabé, quien esta consolidándose en el campo de la restauración tras ejecutar varios trabajos de esta índole en los últimos tiempos, mostrando tras sus intervenciones un resultado brillante y excelente.
Reza de nuevo La Palma un Rosario de amor para su Virgen de Fátima, que vuelve inmaculada a enfrentarse a nuevas décadas en las que seguirá marcando con las cuentas de su Santo Rosario el amanecer y el crepúsculo de nuestros días.
Un día después de la Solemnidad de María Stma. del Santo Rosario, la Parroquial de San Juan Bautista volvía a recibir a su hermosa Virgen de Fátima, que regresa ante sus fieles tras su restauración con la humildad con la que se marchaba en una tarde de finales de julio.
En torno a dos meses de ausencias lleva vividos aquel barroco Retablo de la Nave del Evangelio, que ya acoge en su dorada hornacina a la Reina del Santo Rosario, a aquella Señora que quiso ser dueña de Cova de Iria y derramar sus bendiciones a tres jóvenes pastorcillos que tuvieron la dicha de presenciar como la Madre de Dios dejaba su trono celestial para guiar desde la tierra a sus hijos.
Impecable y radiante regresa la Virgen tras la intervención a la que ha sido sometida en el taller del joven y prolífico artista palmerino D. Antonio J. Bernabé Ávila, Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y especializado en Conservación y Restauración. Esta intervención se ha centrado principalmente en la limpieza general de la imagen, que llegaba al taller cubierta por una profunda capa de suciedad y lagunas en su policromía, debido al pasar del tiempo y al ataque de agentes como la humedad. Así, el proceso ha pasado por las siguientes fases: limpieza general, eliminación de repintes, eliminacion de elementos metalicos que no tenían funcionalidad, reconstrucción volumétrica, tratamiento de fendas y movimientos de ensambles, reposición de la preparación, reintegración cromática y protección final. El resultado nos muestra a la bella imagen totalmente saneada y recuperando todo el esplendor que le fue conferido por su autor, quedando a la vista detalles que anteriormente pasaban desapercibidos debido a la suciedad que cubría a la talla.
Esta imagen de la Virgen de Fátima es obra de D. José Ferreira Thedim del año 1949, siendo realizada en madera policromada en tamaño académico, 0,95 metros de alto. La Virgen palmerina sigue los canones marcados de la representación iconográfica de esta advociación mariana, siendo copia exacta de la imagen venerada en Portugal, obra del mismo autor.
Multitud de matices se observan en la imagen tras esta acertada restauración, como el brillante contraste del fino y elegante galón dorado que bordea el manto de la Stma. Virgen, el realismo de las palomas que revolotean sobre la nube en la que se eleva Ntra. Señora, o el cuidado tratamiento de la talla trabajada con gran delicadeza.
Además la Asociación Parroquial de Ntra. Sra. del Rosario de Fátima ha procedido también a restaurar la corona de la Stma. Virgen, a la cual se ha dado un nuevo baño de oro.
Damos la enhorabuena al artista D. Antonio Bernabé, quien esta consolidándose en el campo de la restauración tras ejecutar varios trabajos de esta índole en los últimos tiempos, mostrando tras sus intervenciones un resultado brillante y excelente.
Reza de nuevo La Palma un Rosario de amor para su Virgen de Fátima, que vuelve inmaculada a enfrentarse a nuevas décadas en las que seguirá marcando con las cuentas de su Santo Rosario el amanecer y el crepúsculo de nuestros días.
Foto: Manuel V.