La tarde de junio se marchitó, como aquellos petalos rojos que quisieron caer y rendirse a sus plantas.
Hoy la Madre vuelve a derramar su auxilio desde su marmoreo trono del Salvador. Hoy quedan convertidos en recuerdos cada uno de los pasos que tras su baja mirada fuimos dando en la tarde de junio. Y es que La Palma hoy y siempre buscará en la mansedumbre de su belleza la esperanza con la que se corona la alegría de la Resurrección y la fortaleza de Pentecostés.
Fue junio y María Auxiliadora llenó de gloria a la ciudad. Del 9 al 17 de junio la Iglesia del Salvador acogía la Solemne Novena a María Auxiliadora. En estos devotos cultos, la Virgen se presentaba en un imponente altar, rodeada de abundante candelería y situada en lo alto de la rampa, por la que descendería en el penúltimo día de Novena para recibir en sus manos el beso del pueblo palmerino.
El jueves 17, tras la celebración del último día de la Novena, la Archicofradía emprendía el camino para llevar a la Virgen Auxiliadora al corazón de La Palma. San Juan Bosco precedía en unas sencillas andas, exornadas con margaritas de color blanco, al hermoso paso de la Stma. Virgen, que enfilaba su calle alumbrada por los últimos resplandores de la puesta de sol. La Virgen Auxiliadora y el Niño portaban sobre sus sienes coronas de plata bañadas en oro, luciendo además la Virgen la aureola dorada, algo que llamó la atención a todos los palmerinos, ya que no es habitual el uso de estas preseas en las salidas procesionales de la Stma. Virgen. Las flores blancas que adornaban el paso de la Virgen, contrastaban enormemente con el color grana de los miles de pétalos de rosas que por la calle Santa Joaquina de Vedruna le cayeron en una lluvia interminable de flores, con la que sus devotos quisieron honrarla. Momentos hermosos y de gran emoción cuando María Auxiliadora surcaba los arcos que en la citada calle se levantaron en su honor. La Banda de Música "Ntra. Sra. de la Soledad" de la Algaba (Sevilla) puso sones a una tarde salesiana en la que María Auxiliadora llegó a la Parroquia palmerina arropada por una gran multitud de personas.
El sábado 19, La Palma vestía sus calles de gala para recibir a su Virgen Salesiana. A las 19:30 horas se celebraba la Solemne Función Principal de Instituto presidida por D. Juan Carlos Pérez Godoy, S.D.B. Director de la Casa Salesiana de Cádiz. Tras la Santa Eucaristía, salía a la calle la Procesión. San Juan Bosco procesionaba sobre el paso de Traslado de la Stma. Virgen, arropado por niños y jóvenes alumnos del Colegio Salesiano. Siguiendo al Santo la Agrupación Musical "Ntro. Padre Jesús Nazareno" de La Palma del Condado acompañaba con un amplio repertorio de marchas el elegante andar de la cuadrilla de costaleros. Representaciones de los Grupos Jóvenes de la localidad avanzaban tras los pasos de Don Bosco con sus banderas representativas, siendo llamativa la participación del Grupo Joven de la Hermandad de Ntra. Sra. del Valle que por primera vez desfilaba en este cortejo. María Auxiliadora aparecía bellísima entronizada en su paso procesional, luciendo aureola de estrellas de plata de ley y portando sobre sus sienes, al igual que el Niño, corona de plata. Un centenar de rosas blancas perfumaban las plantas de María Auxiliadora que avanzaba por La Palma seguida por muchos fieles y devotos que imploraban su bendita y milagrosa intercesión. Entre nubes de incienso y al son de las clásicas marchas que la Banda de Música "Ntra. Sra. de la Soledad" de la Algaba (Sevilla) interpretaba, la Stma. Virgen Auxiliadora recorría las calles céntricas de la ciudad. Pasada la media noche el cortejo regresaba a la Iglesia del Salvador, viviéndose estampas de gran belleza a la entrada de la Stma. Virgen, ya que por la altura de las andas procesionales hay que retirar la aureola y corona a la Virgen Salesiana. Con las notas de la marcha "Encarnación Coronada" entraba María Auxiliadora en el Salvador mientras en el cielo estallaban centenares de cohetes, que anunciaban con gozo que María es nuestro Auxilio.
Hoy la Madre vuelve a derramar su auxilio desde su marmoreo trono del Salvador. Hoy quedan convertidos en recuerdos cada uno de los pasos que tras su baja mirada fuimos dando en la tarde de junio. Y es que La Palma hoy y siempre buscará en la mansedumbre de su belleza la esperanza con la que se corona la alegría de la Resurrección y la fortaleza de Pentecostés.
Fue junio y María Auxiliadora llenó de gloria a la ciudad. Del 9 al 17 de junio la Iglesia del Salvador acogía la Solemne Novena a María Auxiliadora. En estos devotos cultos, la Virgen se presentaba en un imponente altar, rodeada de abundante candelería y situada en lo alto de la rampa, por la que descendería en el penúltimo día de Novena para recibir en sus manos el beso del pueblo palmerino.
El jueves 17, tras la celebración del último día de la Novena, la Archicofradía emprendía el camino para llevar a la Virgen Auxiliadora al corazón de La Palma. San Juan Bosco precedía en unas sencillas andas, exornadas con margaritas de color blanco, al hermoso paso de la Stma. Virgen, que enfilaba su calle alumbrada por los últimos resplandores de la puesta de sol. La Virgen Auxiliadora y el Niño portaban sobre sus sienes coronas de plata bañadas en oro, luciendo además la Virgen la aureola dorada, algo que llamó la atención a todos los palmerinos, ya que no es habitual el uso de estas preseas en las salidas procesionales de la Stma. Virgen. Las flores blancas que adornaban el paso de la Virgen, contrastaban enormemente con el color grana de los miles de pétalos de rosas que por la calle Santa Joaquina de Vedruna le cayeron en una lluvia interminable de flores, con la que sus devotos quisieron honrarla. Momentos hermosos y de gran emoción cuando María Auxiliadora surcaba los arcos que en la citada calle se levantaron en su honor. La Banda de Música "Ntra. Sra. de la Soledad" de la Algaba (Sevilla) puso sones a una tarde salesiana en la que María Auxiliadora llegó a la Parroquia palmerina arropada por una gran multitud de personas.
El sábado 19, La Palma vestía sus calles de gala para recibir a su Virgen Salesiana. A las 19:30 horas se celebraba la Solemne Función Principal de Instituto presidida por D. Juan Carlos Pérez Godoy, S.D.B. Director de la Casa Salesiana de Cádiz. Tras la Santa Eucaristía, salía a la calle la Procesión. San Juan Bosco procesionaba sobre el paso de Traslado de la Stma. Virgen, arropado por niños y jóvenes alumnos del Colegio Salesiano. Siguiendo al Santo la Agrupación Musical "Ntro. Padre Jesús Nazareno" de La Palma del Condado acompañaba con un amplio repertorio de marchas el elegante andar de la cuadrilla de costaleros. Representaciones de los Grupos Jóvenes de la localidad avanzaban tras los pasos de Don Bosco con sus banderas representativas, siendo llamativa la participación del Grupo Joven de la Hermandad de Ntra. Sra. del Valle que por primera vez desfilaba en este cortejo. María Auxiliadora aparecía bellísima entronizada en su paso procesional, luciendo aureola de estrellas de plata de ley y portando sobre sus sienes, al igual que el Niño, corona de plata. Un centenar de rosas blancas perfumaban las plantas de María Auxiliadora que avanzaba por La Palma seguida por muchos fieles y devotos que imploraban su bendita y milagrosa intercesión. Entre nubes de incienso y al son de las clásicas marchas que la Banda de Música "Ntra. Sra. de la Soledad" de la Algaba (Sevilla) interpretaba, la Stma. Virgen Auxiliadora recorría las calles céntricas de la ciudad. Pasada la media noche el cortejo regresaba a la Iglesia del Salvador, viviéndose estampas de gran belleza a la entrada de la Stma. Virgen, ya que por la altura de las andas procesionales hay que retirar la aureola y corona a la Virgen Salesiana. Con las notas de la marcha "Encarnación Coronada" entraba María Auxiliadora en el Salvador mientras en el cielo estallaban centenares de cohetes, que anunciaban con gozo que María es nuestro Auxilio.