GALERÍA FOTOGRÁFICA: Peregrinación Anual de la Hermandad del Rocío de La Palma al Santuario de la Blanca Paloma.
El amor por la Blanca Paloma congregó a gran cantidad de palmerinos que acudieron a cumplir con el rito de peregrinar, como cada año, a la aldea almonteña dando muestras de su fe rociera.
El día 7 de marzo se despertaba con una mañana de nubes y claros, en la que los sones de los jóvenes tamborileros palmerinos resonaron por el Real de la Coronación precediendo al Simpecado palmerino., que fue arropado por multitud de devotos. Gran cantidad de flores ofreció la Hermandad palmerina a la Virgen del Rocío, en un Santuario que se llenaba de corazones impacientes por la llegada de un nuevo Pentecostes. Al finalizar la Santa Misa tomó posesión del cargo de Hermana Mayor para la presente Romería de 2010, Dña. María Madrid Bellerín, la cual manifestó su ilusión y emoción, estando durante toda la jornada acompañada por familiares y amigos que le ofrecieron su apoyo. Tras esto, la Hermandad regresó a su Casa en la aldea, acompañada de los ecos de sevillanas intepretadas por miembros del antiguo coro de la Hermandad, tras su brillante participación durante la Eucaristía. La jornada concluyó sin que el cielo derramara ni una sola gota sobre la mojada arena del Rocío, disfrutando los asistentes de un día de vivencias y recuerdos rocieros.
El día 7 de marzo se despertaba con una mañana de nubes y claros, en la que los sones de los jóvenes tamborileros palmerinos resonaron por el Real de la Coronación precediendo al Simpecado palmerino., que fue arropado por multitud de devotos. Gran cantidad de flores ofreció la Hermandad palmerina a la Virgen del Rocío, en un Santuario que se llenaba de corazones impacientes por la llegada de un nuevo Pentecostes. Al finalizar la Santa Misa tomó posesión del cargo de Hermana Mayor para la presente Romería de 2010, Dña. María Madrid Bellerín, la cual manifestó su ilusión y emoción, estando durante toda la jornada acompañada por familiares y amigos que le ofrecieron su apoyo. Tras esto, la Hermandad regresó a su Casa en la aldea, acompañada de los ecos de sevillanas intepretadas por miembros del antiguo coro de la Hermandad, tras su brillante participación durante la Eucaristía. La jornada concluyó sin que el cielo derramara ni una sola gota sobre la mojada arena del Rocío, disfrutando los asistentes de un día de vivencias y recuerdos rocieros.
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Fotos: José M. Pichardo
