El azahar volvió a morir en La Palma ante la Señora de los Dolores.
Fue el 3 de abril, Viernes de Dolores, cuando la Hermandad Servita del Santo Entierro celebraba su Solemne Función Principal de Instituto y posterior Besamanos a María Stma. de los Dolores. Por esta razón, la Virgen se presentaba a los pies del gran altar de cultos, esperando el beso de sus hijos palmerinos. Presidiento el altar se encontraba el Stmo. Cristo de la Buena Muerte, que descansaba entre sábanas de seda blanca a los pies de la Cruz de Guía de la Hermandad del Viernes Santo. La Virgen de los Dolores lucía bellísima sobre una abundante alfombra de azahar y flanqueada por dos altas torres de flores rematadas por cinco velas cada una, entre las que destacaban las rosas de tonos anaranjados. La Señora vestía de luto riguroso, llevando manto bordado de Juan Manuel Rodríguez Ojeda y la saya de las Convivencias, estrenada en el mes de noviembre de 2008 con motivo de la XXXV Convivencia Nacional de Hdades. de la Soledad y bordada en oro fino a realce sobre terciopelo negro en el taller del sevillano Pedro Pablo Gallardo. Sobre el pecho de la Virgen se extendía un tocado de encajes de Bruselas enriquecido con puntas a la aguja, en el que destacaban las tres medallas, que con motivo de las antes mencionadas Convivencias de la Soledad, le fueron donadas a la Titular de la Corporación del Santo Entierro de manos de las Hermandades del Stmo. Cristo del Perdón, Ntra. Sra. del Valle y Santa Cruz de la Calle Cabo. Os dejamos unas fotografías del último Besamanos de la Cuaresma palmerina, en el que el fervor y la gran devoción a la Virgen de los Dolores volvió a marcar nuestro Viernes de Pasión.
Fue el 3 de abril, Viernes de Dolores, cuando la Hermandad Servita del Santo Entierro celebraba su Solemne Función Principal de Instituto y posterior Besamanos a María Stma. de los Dolores. Por esta razón, la Virgen se presentaba a los pies del gran altar de cultos, esperando el beso de sus hijos palmerinos. Presidiento el altar se encontraba el Stmo. Cristo de la Buena Muerte, que descansaba entre sábanas de seda blanca a los pies de la Cruz de Guía de la Hermandad del Viernes Santo. La Virgen de los Dolores lucía bellísima sobre una abundante alfombra de azahar y flanqueada por dos altas torres de flores rematadas por cinco velas cada una, entre las que destacaban las rosas de tonos anaranjados. La Señora vestía de luto riguroso, llevando manto bordado de Juan Manuel Rodríguez Ojeda y la saya de las Convivencias, estrenada en el mes de noviembre de 2008 con motivo de la XXXV Convivencia Nacional de Hdades. de la Soledad y bordada en oro fino a realce sobre terciopelo negro en el taller del sevillano Pedro Pablo Gallardo. Sobre el pecho de la Virgen se extendía un tocado de encajes de Bruselas enriquecido con puntas a la aguja, en el que destacaban las tres medallas, que con motivo de las antes mencionadas Convivencias de la Soledad, le fueron donadas a la Titular de la Corporación del Santo Entierro de manos de las Hermandades del Stmo. Cristo del Perdón, Ntra. Sra. del Valle y Santa Cruz de la Calle Cabo. Os dejamos unas fotografías del último Besamanos de la Cuaresma palmerina, en el que el fervor y la gran devoción a la Virgen de los Dolores volvió a marcar nuestro Viernes de Pasión.
Fotos: Manuel V.
